martes, 11 de diciembre de 2012

Señor Correa, no vuelva

 

Por Dante Caputo
Buenos Aires, Argentina

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, visitó la Argentina. Sus comentarios sobre Irán, sobre los actos terroristas cometidos en Argentina y su método de comparar crímenes para disminuir la gravedad de los sucesos muestran errores sustanciales de carácter político y moral. Estos son muy inquietantes cuando son cometidos por quien tiene la responsabilidad de un Estado que, por sudamericano, comparte importantes iniciativas con nuestro país.

El señor Correa sostuvo que el atentado terrorista contra la AMIA es un hecho doloroso para la Argentina e, inmediatamente, afirmó: “Vaya y vea cuántos murieron en el bombardeo de la OTAN a Libia. Entonces comparemos las cosas y veamos dónde están los verdaderos peligros”.

Entre sus observaciones dijo que Irán era una democracia y que, en cualquier caso, si tenía algún defecto se trataba de cuestiones menores cuando se los comparaba con las monarquías absolutas aliadas a Estados Unidos.

El señor Correa incurre en algunos errores mayores.

Utiliza el método de la comparación para minimizar lo que él quiere escamotear. Su razonamiento equivale a decir: “Cierto, Pedro mató a Juan. Pero Roberto fue asesinado por Gustavo. ¡Pobre Juan! Aunque de todos modos a quien deberíamos condenar es a Gustavo, el terrible asesino de Roberto”.

Como verá, esto no tiene ni pies ni cabeza; ni siquiera puede decirse que se trata de un sofisma. Es un disparate. Pero estos “errores” distan de ser equivocaciones epistemológicas.

El disparate lógico cambia de naturaleza cuando los actores son los 85 asesinados en Argentina, el gobierno iraní, Estados Unidos y el libio Muamar Kadafi. En efecto, el señor Correa, en una muestra de talento deductivo, sostuvo que como Kadafi (el terrorista que hizo explotar un avión de 259 pasajeros) fue atacado por aviones de la OTAN, los iraníes (sospechados de la muerte de 85 inocentes) merecen comprensión.

La tontería se convierte en complicidad. Aplicando la lógica resquebrajada del señor Correa podría decirse que ya que Estados Unidos invadió Guatemala en 1954, no está tan mal que les hayan destruido las Torres Gemelas. Mañana, el mismo presidente podría sostener que puesto que Israel cometió graves crímenes en Líbano, no estaría de más que el señor Mahmud Ahmadineyad (símbolo de los valores de la lucha antiimperialista para ciertos autodenominados progresistas) arrojara una bomba atómica en Tel Aviv. Del mismo modo, un fascista podría afirmar: “Cierto, la dictadura tuvo 30 mil desaparecidos, es doloroso, pero nos salvó del verdadero peligro del comunismo, responsable con Stalin de 700 mil fusilamientos entre 1936 y 1938”.

Pero, lector, no creo que se trate de toscas lógicas ni de disimuladas tonterías bajo las sofisticadas formas del sofisma. El señor Correa sencillamente defiende sus intereses.

Le confieso, dicho entre nosotros, que no sé exactamente cuáles son. Intuyo que tienen que ver con la defensa de Irán, con sus vínculos comerciales y financieros y con la estrategia de colaboración que construyen varios países de la región con el paraíso de los ayatolas.

El señor Correa ha venido a decirnos, en nuestra casa, que porque Estados Unidos realiza actos condenables, no debemos quejarnos en exceso por los asesinatos cometidos por el gobierno iraní en nuestro territorio (extraña gesta antimperialista de un presidente que acepta que la moneda de su país sea el dólar estadounidense).

En otras palabras, el presidente ecuatoriano nos ha insultado, defendiendo en el proceso a uno de los más siniestros personajes políticos de nuestro planeta. A un represor de su pueblo, a un activista que niega el Holocausto, a un temible simulador que sigue desarrollando capacidades nucleares que ya no se justifican bajo el paraguas de las investigaciones experimentales o pacíficas.

¿Por qué la Argentina desearía profundizar su vínculo con el señor Correa? ¿Existe algún motivo superior que ignoramos? ¿Hay alguna razón de Estado que justifique aceptar en silencio este insulto?

Como lo sucedido es grave, nuestro Gobierno debería ayudarnos a entender. Lo precisamos, sobre todo cuando se desarrollan conversaciones con el gobierno iraní, las que –para utilizar una palabra amable– son extrañas. ¿Por qué los iraníes permitirían que personalidades de ese país (posibles candidatos presidenciales) fueran juzgados por sus probables crímenes en Argentina?

Ninguna de estas cuestiones es menor. Todas ellas giran en torno a un atentado que sufrió nuestro país. Ese ataque parecería que no vino de un grupo terrorista sino de otro Estado. Por mucho menos ha habido guerras en el mundo. Y, para completar el cuadro, viene el señor Correa a defender a Irán, mientras el Gobierno negocia con el Estado agresor.

Hace un tiempo, creo que dos años atrás, le pedí a un canciller de uno de los países de la región que forman parte del acuerdo cordial con Irán que me explicara esa política. Le dije que había que tener cuidado con volver a convertir a nuestra región en una zona de interés en términos de seguridad. Ya habíamos todos sufrido cuando eso sucedió y la memoria estaba aún fresca para llamar al diablo. Le reiteré una de mis frases preferidas que me enseñó mi amigo Néstor: “Una cosa es verla venir, otra mandarla a traer”.

El canciller eludió la respuesta y yo eludí su silencio. Insistí. Finalmente, sin decir palabra, frotó su índice contra su pulgar. Es ese gesto casi universal que, probablemente, usted acaba de hacer y que alude al dinero sin nombrarlo.

Por todas estas cosas, señor Correa, no vuelva a mi país. Nos ofende. Muchos de mis compatriotas no creen que los crímenes de unos se justifiquen o puedan ser ignorados por los crímenes de los otros. Imagínese, señor presidente, una sociedad organizada sobre tales principios: tarde o temprano desaparecería, se habrían matado los unos a los otros.

* Dante Caputo fue Canciller de Argentina durante el gobierno de Raúl Alfonsín, entre 1983 y 1989. Su texto ha sido publicado originalmente en el diario Perfil, de Buenos Aires.

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Gobierno intenta callar a prensa internacional


Esta noche se iba a ser presentado el documental "Rafael Correa: un retrato del padre de la patria" por el canal internacional América Teve, sin embargo se denunció que personal de la presidencia del Ecuador quiere impedir que se transmita completamente este trabajo.


El documental, que dura una hora, al parecer contiene información reveladora del financiamiento que habrían hecho las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a la campaña electoral de Rafael Correa de 2006.

Este trabajo del director Santiago Villa, iba a ser transmitido de forma íntegra este viernes 23 de noviembre, pero hay denuncias que el presidente Correa habría pedido, a través de la embajadora de Ecuador en Estados Unidos, Nathalie Cely,  una réplica a América Teve, y que este video no sea transmitido completamente, sino en cinco partes.

Hasta el momento no se sabe si el trabajo de Villa saldrá al aire completo esta noche.

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/gobierno-intenta-callar-a-prensa-internacional-567311.html

Gestión de Pedro Delgado, en conclusiones del informe sobre crisis

El 9 de abril del 2007 el presidente Rafael Correa ordenó –mediante decreto– la conformación de una comisión que investigue la crisis económica financiera que tuvo su detonante ocho años atrás. Entre los resultados que le fueron entregados al mandatario en julio de ese mismo año se describen acciones que, según los investigadores, contribuyeron a la debacle. En dos de ellas aparece Pedro Delgado, su primo y actual representante de la Unidad la Gestión de Derecho Público del Fideicomiso AGD-CFN No Más Impunidad (Ugedep), que es el ente público que administra empresas incautadas a la banca cerrada.

En 1998, un año antes de que ocurriera el congelamiento bancario, Delgado se desempeñaba como gerente de Riesgos de la Corporación Financiera Nacional (CFN). La investigación recoge que él presentó el memorándum RI 0003736 con reformas a la ‘Metodología de Calificación de Riesgos de Intermediarios Financieros y Políticas de Financiamiento’. Según el informe, esas reformas dieron paso a la “flexibilización” de los rangos de calificación aceptable y la obligación de cesión de garantías, y por tal motivo “se otorgaron cupos de crédito a las instituciones financieras que ya estaban con serios problemas”.

Los cambios propuestos por Delgado y que fueron aprobados por el Directorio de la CFN, junto a la debilidad de supervisión de los préstamos (porque en 1992 se había eliminado el área de Control de Operaciones) “dejó sin soporte al proceso de crédito y recuperación de cartera en la entidad”, dice el informe. Y se agrega: “Con las reformas propuestas y aprobadas por el Directorio de la CFN (que ya se había convertido en banca de segundo piso), se reasignaron los cupos máximos de endeudamiento de las instituciones financieras... En los cupos asignados no se consideró el nivel de patrimonio técnico de la CFN, poniendo en riesgo la solvencia institucional, ya que se estaban concediendo cupos alrededor de doce veces el patrimonio técnico”.

El informe establece que la CFN perdió 610 millones de dólares “por concepto de la recepción de cartera incobrable proveniente de la banca privada”.

Pero en el marco de la crisis esa no fue la única acción que afectó a la entidad. En noviembre de 1999, ocho meses después del feriado bancario y posterior congelamiento de depósitos de los ecuatorianos, el entonces mandatario Jamil Mahuad emitió el Decreto 1492 que obligaba a la CFN a recibir Certificados de Depósitos Reprogramados (CDR) que se entregaban a los depositantes a cambio del dinero congelado.

El asambleísta Cléver Jiménez (Pachakutik) sostiene que Delgado –quien actualmente también es presidente del Banco Central del Ecuador (BCE)– colaboró en la redacción de dicho decreto.

Lo asevera con base a una carta que lleva la firma de Delgado y que fue dirigida el 5 de noviembre de 1999 (Mahuad emitió el decreto seis días después y entró en vigencia el 24 de diciembre de ese año) al entonces superintendente de Bancos, Jorge Guzmán.

“Por instrucción del doctor Juan Falconí Puig, ministro de la Producción, adjunto remito a usted copia de los proyectos de Decreto de Reestructuración de Pasivos mediante Emisión de Obligaciones y del Decreto que reforma el Decreto Ejecutivo 685 del 11 de marzo de 1999 (con el que se ordenó el congelamiento)”, se lee en la misiva.

Sin embargo, el proyecto de decreto tuvo cambios respecto al que finalmente fue firmado por Mahuad.

La comisión investigadora, que junto con su informe entregó al presidente Correa el anexo ‘La crisis financiera de la CFN como consecuencia de la imposición del decreto 1492 (CDRS y CPGS) y la recepción de cartera AGD’, señala que eso generó otra pérdida por un monto aproximado de 568 millones de dólares. En total, el saldo negativo de esa entidad fue de 1.178 millones de dólares, detalla el informe, dentro del cálculo del costo de oportunidad de las pérdidas para el país, que sobrepasó los 8.000 millones de dólares.

La Comisión investigadora estuvo presidida por Eduardo Valencia, quien en el 2007 estuvo al frente de la CFN, pero que luego de haber entregado su informe se alejó del régimen y del círculo político de Alianza PAIS.

Valencia dijo hace tres semanas en Ecuavisa que el informe que entregó al presidente Correa también fue dirigido a las autoridades de control y a la Fiscalía.

La Contraloría realizó un examen especial por pedido de las propias autoridades de la CFN, a propósito del informe de la Comisión, pero no halló indicios de responsabilidad penal y solo se hacen recomendaciones de tipo administrativo.

Jiménez dice que como no se han pronunciado, él está preparando los documentos para presentar una denuncia penal contra los involucrados, incluido el primo del presidente.

 

http://www.eluniverso.com/2012/11/18/1/1355/gestion-delgado-conclusiones-informe-sobre-crisis.html